La cerveza aporta grandes cantidades de la fibra soluble, minerales y compuestos polifenólicos, algo que la convierte en una de las bebidas alcohólicas más saludables desde el punto de vista nutricional.
Al mismo tiempo, es rica en carbohidratos —que más tarde se descomponen en azúcares simples— por lo que deberías consumirla con moderación.
Los expertos también advierten que cualquier bebida alcohólica es procesada rápidamente por el hígado que, por su parte, comienza a eliminar el azúcar de la sangre, algo que a veces provoca la denominada glucemia, o un descenso rápido de glucosa.
Pero si padeces diabetes, corres el riesgo de sufrir de una condición incluso más peligrosa, la hipoglucemia, que, a su vez, puede dar lugar a una condición llamada cetoacidosis que en ciertos casos puede provocar el coma o hasta la muerte. Los médicos aconsejan medir los niveles de glucosa en sangre antes de ir a dormir. Tampoco deberías consumir cerveza con el estómago vacío.
Según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, las mujeres con diabetes no deben tomar más de 360 mililitros de cerveza al día. Y para los hombres, la porción no debe superar los 720 mililitros, lo que equivale a dos pequeñas jarras.
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