En 2020 hubo en el mundo 158 millones de niños y adolescentes obesos y se espera que dentro de una década esa cifra aumente hasta los 254 millones. Así lo desgrana el Atlas mundial sobre obesidad infantil, publicado por la Federación Mundial de Obesidad.
Numerosos científicos a nivel global están tratando de investigar nuevos mecanismos que puedan poner fin a esta enfermedad, en la que la gran mayoría no reconoce que la padece. Un estudio internacional con colaboración de científicos españoles del CIBER de Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) ha descubierto una nueva opción terapéutica capaz de bloquear la obesidad.
La clave está en un microrregulador genético llamado microARN miR-21. Durante el experimento, realizado con ratones, los investigadores evidenciaron que dicho regulador induce "de manera significativa" una reducción de peso y una mejoría en la sensibilidad a la insulina en ratones obesos.
"Los microARN (miARN) son objetivos farmacológicos prometedores para la obesidad y los trastornos metabólicos asociados", asegura el investigador del CIBEROBN Francisco Tinahones. "Este estudio supone un avance en este campo, abriendo la puerta a la posibilidad de probar la administración de este microARN en humanos como potencial tratamiento para tratar la obesidad y la diabetes".
Como norma general, la obesidad se identifica por el aumento de la grasa (tejido adiposo), tras un desequilibrio entre ingesta y gasto energético. Todos los cuerpos tienen diferentes tipos de grasa: la grasa blanca que almacena calorías extra, y las grasa marrón y beige cuyo papel es disipar la energía y consumir grasa para generar calor.
Estas dos últimas (beige y marrón), tienen un efecto antiobesidad y se encuentran en cantidades muy reducidas. A veces hasta inexistentes en el cuerpo humano. A través de este estudio se comprobó cómo se puede convertir la grasa blanca en beige generando efectos beneficiosos contra la obesidad y la diabetes tipo 2 de este miRNA.
Los investigadores encontraron niveles más altos de miR-21 en el tejido adiposo blanco de ratones obesos no diabéticos en comparación con muestras de tejido adiposo humano y de ratones de peso normal.
"Nuestros resultados indican que miR-21 regula los procesos relacionados con la función del tejido adiposo blanco, activa el programa termogénico en la grasa beige y el pardeamiento en diferentes depósitos del tejido adiposo marrón lo que sugiere un aumento en el gasto energético adiposo", detalla Rajaa El Bekay, coordinadora del estudio.
Asimismo, la administración de miR-21 también retrasó el aumento de peso en ratones tratados con este microARN con una dieta alta en grasa en comparación con sus compañeros de camada de control alimentados con la misma dieta. "Por tanto, toda esta evidencia coloca a miR-21 como una herramienta terapéutica potencial para modular la función adiposa y controlar la obesidad", concluye la coordinadora del estudio.