Se trata de la tradicional flor de nochebuena, una de las más consumidas en épocas decembrinas.
De acuerdo con información de la Facultad de Medina y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la rojiza flor contiene compuestos químicos como detergentes y ésteres de forbol.
Estos compuestos, detalla la institución, causan irritación y malestares intestinales; sin embargo, no son altamente tóxicos ni ponen en riesgo la vida de tus mascotas.
Otras plantas que pueden ser tóxicas son el alcatraz, la azucena, el lirio y el azafrán silvestre.