SEAT, la firma automovilística española con sede en Martorell (Barcelona), es la única que todavía produce números rojos en Volkswagen AG, el conglomerado donde también se integran marcas como Volskwagen, Audi, Skoda o Porsche. La buena noticia es que ya no pierde tanto como en 2020, cuando su saldo negativo ascendió a 290 millones de euros.
En realidad la compañía ha aumentado sus ingresos un 20,1% durante los nueve primeros meses del año en curso y ha reducido un 45% las pérdidas sufridas respecto al mismo periodo en 2020, según los resultados trimestrales presentados el 28 de octubre por el grupo. SEAT pierde de momento 159 millones de euros, una cifra ya mucho menor que los 290 millones perdidos en el año duro de la pandemia. Lejos quedan todavía los 248 millones de euros que obtuvo de beneficio hasta septiembre de 2019, antes de los estragos provocados en la industria por el coronavirus.
Las cifras resaltan en comparación a las presentadas por las otras filiales del grupo que arrojaron pérdidas el año anterior. Ahora Volkswagen gana 1.589 millones de euros hasta septiembre luego de perder 969 millones en 2020. Bentley también ha experimentado un brioso repunte, pues ha pasado de perder 52 millones a ganar 275 en el mismo periodo. En el otro lado, Skoda duplica ganancias (de 469 a 900 millones), Audi y Porsche se disparan (de 221 a 3.894, y de 1.884 a 3.356 millones, respectivamente).
En conjunto, el Grupo Volkswagen consigna en sus cuentas trimestrales un beneficio neto de 10.865 millones de euros entre enero y septiembre. Es casi ocho veces más de lo que ganó en el mismo periodo de 2020, cuando en pleno azote de la pandemia el rédito solo ascendió a 1.382 millones.
Escasez de semiconductores
La línea ascendente de recuperación de SEAT, aunque todavía insuficiente, está marcada por la buena acogida del Cupra Formentor, un todocamino híbrido enchufable que se lanzó al mercado a finales de 2020. Se han matriculado 58.000 unidades de este modelo (triplicó sus ventas) y se ha vendido un total de 391.300 vehículos, lo que representa un incremento del 218% respecto a 2020.
El objetivo ahora es duplicar en 2022 las ventas del Cupra con el lanzamiento del Cupra Born, otro modelo propio de la firma. Pero se presenta un escollo: la escasez global de semiconductores. La compañía asegura estar trabajando "al máximo" para conseguir el "mejor resultado posible", un impulso que pueden proporcionar los nuevos modelos electrificados y las buenas perspectivas de los Cupra.
Precisamente la falta de microchips propició a finales de septiembre que la dirección de la compañía y los sindicatos pactaran un nuevo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), que afectará a un conjunto de 11.000 trabajadores hasta junio de 2022, entre 482 y 1.276 de ellos a diario.