El incidente ocurrió a principios de septiembre en las montañas de la Columbia Británica, donde un excursionista se topó con los restos de una hembra de oso gris. La autopsia reveló que el animal murió a raíz de las heridas en el cuello y las axilas.
Los osos pardos suelen atacar el cuello y los hombros de sus presas. Lo más probable es que la osa —que pesaba alrededor de 70 kilos— atacara a una cabra montesa adulta que logró repeler el ataque gracias a sus afilados cuernos y al tamaño relativamente pequeño de su rival.
El ecólogo David Laskin, de Parks Canada, cuenta a CBC que pese a ser adulta, la osa fallecida no tenía cachorros. En cuanto a las cabras, rara vez son capaces de matar a un oso, subraya.
"Es muy interesante. Cosas así no ocurren todos los días. La naturaleza está llena de sorpresas, ¿saben?", admite el investigador.
Laskin agrega que los restos del animal han sido retirados del lugar, pues podrían atraer a otros depredadores peligrosos para los visitantes.