Sucedió al caer la tarde al caer del viernes 24 de septiembre. La lancha en cuestión que pausó la labor de los agentes se trataba de una embarcación de la Royal Navy, que hostigó a la lancha de la Benemérita (Guardia Civil) durante varios minutos para que se marcharan del lugar, ya que consideraban que estaban trabajando en aguas británicas.
La embarcación británica se mostró implacable y no permitió a los agentes de la Guardia Civil continuar con sus labores de investigación, llegando incluso a tocar con su balón a la popa de la del Servicio Marítimo. Posteriormente se unió una lancha de Aduanas (Custom) gibraltareña para apoyar a la Royal Navy en sus maniobras e impedir identificar a la embarcación sospechosa.
Finalmente ambas embarcaciones desistieron y dejaron a la Guardia Civil realizar su trabajo, que pudo comprobar que la lancha perseguida no estaba haciendo ninguna acción delictiva ni transportaba sustancias prohibidas. De hecho, fueron los propios tripulantes de la embarcación que estaba siendo perseguida los que grabaron toda la disputa y entregaron una copia a los agentes. Posteriormente circuló en redes sociales.
El incidente se produjo en la Bahía de Algeciras, en las aguas cercanas al Peñón, las que están en litigio y Gibraltar considera propias. Según afirma el diario Europa Sur, la Guardia Civil está muy molesta con lo sucedido y aunque no ha hecho demasiados comentarios al respecto, sí ha tomado nota por si hubiera que tomar alguna medida formal en el futuro.
Lo cierto es que la fluidez del tráfico entre España y Gibraltar ha tenido históricamente un sinfín de altercados en sus relaciones. Y no solo ha habido problemas con la Guardia Civil, también con el propio Ejército español. En 2020, la Royal Navy expulsó a un buque de guerra español de las aguas de Gibraltar cuando realizaba una patrulla de control.