Así se expresó en 2010, durante una entrevista con el New York Times en la que el periodista Nick Bilton le preguntó si sus hijos amaban el iPad y la respuesta que se llevó le sorprendió.
"No lo han usado (…) Limitamos la cantidad de tecnología que pueden usar nuestros hijos en casa", aseguró el ya fallecido padre de la manzana.
El iPad acababa de salir, estaba en todas partes, y el periodista esperaba de Jobs otra respuesta. Una que, al menos, no implicase sacar a la tecnología del hogar. Bilton recuerda la entrevista en el rotativo estadounidense.
“Estoy seguro de que respondí con un grito ahogado y un silencio de estupefacción. Me había imaginado que la casa de los Jobs era como el paraíso de los frikis: que las paredes eran pantallas táctiles gigantes, que la mesa del comedor estaba hecha de baldosas de iPads y que los iPods se repartían a los invitados como chocolates en una almohada”.
Jobs no era el único con una política antitech en el hogar. Precisamente los magnates de la tecnología son reacios a que sus hijos pasen el día ante la pantalla. Por ejemplo, Chris Anderson, antiguo editor del popular portal sobre tecnología Wired, hace lo mismo con sus pequeños.
"Nuestros hijos nos acusan a mí y a mi esposa de ser unos fascistas y de preocuparnos demasiado por la tecnología", se supo que dijo, añadiendo que "eso es porque hemos visto los peligros de la tecnología de primera mano". De Bill Gates, padre de Microsoft, se sabe que tiene una política parecida.