Durante el vuelo, que se efectuó en el aeródromo de pruebas del ministerio de Defensa británico en la ciudad de Amesbury, fue recopilada una gran variedad de datos y parámetros técnicos, necesarios para optimizar el rendimiento de la aeronave.
El avión monomotor dió varias vueltas alrededor de las instalaciones, después de lo cual realizó un aterrizaje suave. Según destaca la compañía, el motor tiene una potencia de 400 kW, lo cual equivale a unos 540 caballos de fuerza.
Esta planta motriz es capaz de acelerar a Spirit of Innovation hasta los 482 kilómetros por hora. De hecho, Rolls-Royce afirmó que su intención era crear el avión eléctrico más rápido del mundo. La compañía afirma que otra característica que diferencia a su creación de las demás es que tiene unas baterías “con la mayor densidad de potencia jamás ensamblada en un avión”.
La aeronave sirve como una plataforma de pruebas para en el futuro desarrollar un avión ligero que pueda hacer las veces de taxi aéreo, además de otra nave de pasajeros de mayores dimensiones, propulsados ambos por plantas motrices eléctricas.