Una de las razones de ello es su terrible temperamento: son extremadamente territoriales y agresivos, por lo cual atacan a todo el que ose acercarse a su territorio. Y al hipopótamo no le importa quién es el intruso: un león, un cocodrilo, un elefante o incluso un vehículo.
Con su enorme mandíbula, un peso que puede ascender a casi dos toneladas y la capacidad de correr a 48 km/h (más rápido que el legendario Usain Bolt) lo convierten en un fuerte adversario para cualquier depredador.
En el video se puede ver cómo los hipopótamos atacan a leones, manadas de perros salvajes, cocodrilos, rinocerontes, e incluso a un tiburón. Todo eso sin hablar de las desafortunadas víctimas que no representaban ningún peligro para nadie, como los antílopes.