En la mañana del 7 de septiembre un barco pesquero extrajo de entre sus redes un artefacto explosivo, de procedencia supuestamente militar. El hallazgo se produjo mientras la embarcación faenaba en la zona de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y provocó el posterior acordonamiento del puerto de Bonanza, donde atracó el pesquero.
El patrón del barco, de la cofradía de pescadores de Sanlúcar de Barrameda, dio aviso a la Guardia Civil, cuyos agentes procedieron a acordonar el puerto y establecer un perímetro de seguridad al tiempo que notificaban los hechos a los artificieros de la Armada Española. El dispositivo, con apariencia de misil, fue finalmente trasladado por una unidad de buceadores de la Armada a su acuartelamiento en Torregorda, también en la provincia de Cádiz. Allí se procedió a su desactivación y se dio inicio a las pesquisas para determinar los datos técnicos y su procedencia. Por el momento se desconoce el motivo de su aparición en esas aguas.
Ha habido más casos
No es la primera vez que un artefacto explosivo queda enganchado en las redes de algún barco pesquero de los que faenan por esta zona del sur de España. Ni tampoco la primera vez en que descargan tales capturas en el puerto de Bonanza.
Así sucedió, por ejemplo, en 2018, cuando un proyectil de 155 mm HERA (Alto Explosivo Asistido por Cohete) fue desactivado de similar forma por los artificieros. O como en 2019, cuando efectivos de la Unidad de Buceo de Cádiz retiraron un misil Hawk, también en el mencionado puerto. Y en 2010, un proyectil procedente de un avión de combate Harrier incluso impactó en una embarcación de tipo arrastrero.
Recordamos que la Armada Española dispone de una base naval en las inmediaciones, en San Fernando (Cádiz). Y los EEUU tienen otra en Rota, en la misma provincia. El Ejército de Tierra posee un regimiento de artillería también en San Fernando, así como diversas instalaciones y acuartelamientos en la zona, frecuente escenario de maniobras y ensayos militares.