Ciencia

Ciencia y Tecnología: las mujeres latinoamericanas son menos y ganan menos

Las mujeres latinoamericanas han sido especialmente afectadas por la crisis, como también sucedió a nivel global.
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La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) precisó que en la región el 55% de las mujeres ocupadas trabajan en sectores de alta informalidad y fueron duramente castigados por la pandemia, como comercio, servicios, turismo y, por supuesto, tareas de cuidado.
Esto produjo un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral de las mujeres. En este contexto se agudizaron la brecha de género en términos del salario y también el avance del trabajo de mujeres en áreas claves de la economía.
En una de ellas, Ciencia y Tecnología (CyT), que es un sector crucial en términos de productividad y como generador de empleos de calidad, las mujeres también sufren discriminación salarial y, además, están subrepresentadas.
Pese a su importancia creciente en la agenda global, y al hecho de que países con una masa crítica de estos conocimientos pueden especializarse mejor en sectores más dinámicos y competitivos, CyT está entre los sectores que menor participación de mujeres tiene en el mundo, especialmente en América Latina.

¿Cuál es la importancia económica de Ciencia y Tecnología?

La ciencia, la investigación y la tecnología son actividades cada vez más relevantes en la economía del conocimiento: se está viviendo en un mundo en el cual la inteligencia artificial se usa cada vez más para automatizar decisiones en diferentes ámbitos y en la vida cotidiana, y que necesita respuestas científicas rápidas frente al avance de pandemias como el COVID-19 y frente a la amenaza del cambio climático.
Estos conocimientos son cruciales en términos de productividad, ya que se encuentran presentes de manera transversal en todos los sectores de la economía y pueden contribuir a tener procesos más eficientes y a generar empleos de calidad.
Los países que dispongan de una masa crítica de estos conocimientos pueden especializarse en sectores más dinámicos y volverse más competitivos, siendo referentes en temas centrales de la agenda global.
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Una reciente investigación del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) estima que alrededor de uno de cada 10 dólares producidos en Argentina, Brasil y México proviene de CyT.
En Argentina y Brasil, este sector explica aproximadamente el 22% de las exportaciones, en México alcanza el 70%. Además, el valor agregado por trabajador en CyT casi duplica el de la economía en total en Argentina y México, y es más del doble en el caso de Brasil.
Esto se refleja en los ingresos de los trabajadores del sector, que ganan en promedio entre 24% (México) y 65% (Brasil) más que los ocupados de la economía en su conjunto.

¿Qué significa "tuberías con fugas"?

A pesar de su relevancia creciente, la investigadora Candela Gómez Diez advierte que CyT es uno de los sectores de la economía con menor participación femenina en el mundo, y en particular en América Latina.
Se sabe la disparidad en la cantidad de mujeres que estudian carreras relacionadas con la CyT, o de su participación relativa en ámbitos como el académico, pero se sabe poco acerca de cómo se trasladan estos fenómenos al mercado laboral y a la economía.
Muchas de las mujeres especializadas en CyT no consolidan carreras profesionales en esos ámbitos, ya sea porque no toman puestos de trabajo en CyT o bien los abandonan en algún momento.
Esta situación es conocida en la literatura especializada como “tuberías con fugas” y se utiliza para describir cómo las mujeres abandonan los campos de CyT en todas las etapas de sus carreras.

¿Qué porcentaje del total son mujeres que trabajan en CyT?

Del total de ocupados/as en los sectores relacionados con CyT, que tienen empleos de mayor calidad y salarios por encima del promedio de la economía en Argentina, Brasil y México, apenas alrededor de un tercio son mujeres, Según el documento Mujeres en ciencia y tecnología: cómo derribar las paredes de cristal en América Latina, de los programas de Protección Social y Desarrollo Económico de CIPPEC, escrito por Paula Szenkman, Estefanía Lotitto y Sofía Alberro.
La proporción es incluso menor si se observa que de trabajadores con habilidades relacionadas con CyT además realizan tareas vinculadas a esos conocimientos: de esos casos, las mujeres en estos tres países representan menos de un cuarto del total.
"Esta subrepresentación responde a un problema multidimensional. Las barreras que enfrentan las mujeres arrancan a edades muy tempranas y se suscitan a lo largo de sus trayectorias formativas y laborales", detalla Paula Szenkman.

Estrategias para ampliar la presencia femenina

Esos investigadores plantean que los principales caminos que pueden seguir las políticas públicas para sortear estas barreras y promover la inclusión de mujeres en los ámbitos de CyT son dos:
1.
Un abordaje integral que ataque todos los obstáculos: políticas educativas y de formación profesional con perspectiva de género para dotar a las mujeres de las habilidades, interés y confianza necesarias y facilitar su acceso al mundo laboral; políticas culturales para derribar sesgos y estereotipos de género en empresas e instituciones, y promover la visibilidad de las mujeres en CyT; políticas para lograr una mejor conciliación entre la vida familiar y laboral y para fomentar la inserción de mujeres en este ámbito y su ascenso a posiciones de liderazgo.
2.
La implementación y profundización de opciones de política que refuercen mecanismos fundamentales: proveer información pública de calidad y de manera sistemática; fortalecer y coordinar los esfuerzos del sector privado y, naturalmente, su sociedad con el ámbito público.
Cecilia Nahón, economista, diplomática y política argentina, afirma que es urgente dar visibilidad a las brechas de género que se agigantaron con esta crisis. Dice que es necesario adoptar políticas públicas contundentes, encaminadas a erradicar los patrones de desigualdad estructural.

Estudiar en las universidades no asegura tener trabajo

La investigación del CIPPEC informa que si bien las mujeres son mayoría entre quienes estudian carreras universitarias en esos tres países, su participación se reduce en los campos de estudio CyT.
La menor participación se traduce con creces al ámbito laboral. Mientras que las mujeres son el 40% de los egresados/as de carreras CyT en Argentina, el 34% en Brasil y el 31% en México, son sólo el 24% de los ocupados CyT en Argentina, el 19% en Brasil y el 20% en México.
El sector CyT tiene un gran potencial de transformación y generación de empleo de calidad para trabajadores de diferentes niveles de calificación. Si bien emplea una mayor proporción de trabajadores de alta calificación que el resto de la economía, también ocupa trabajadores de nivel educativo medio y bajo.
"Asegurar la participación de las mujeres en ciencia y tecnología es una oportunidad crucial para evitar que las brechas existentes se ensanchen. Además de mejorar las condiciones de vida de las mujeres, contribuiría a mitigar la reproducción intergeneracional de la pobreza y a impulsar el crecimiento económico inclusivo", asegura Szenkman.

Sesgos de género

La menor visibilidad y reconocimiento de las mujeres contribuye a engrosar los sesgos de género respecto a lo que las mujeres pueden o no hacer, o en qué ámbitos se destacan.
Estos sesgos de género afectan la elección de las mujeres y contribuyen a su menor representación en este ámbito, y retroalimentan estereotipos que luego inciden en su trayectoria y favorecen a construir los techos de cristal.
Algunas de las ocupaciones con mayores ingresos, como la informática y la ingeniería, tienen los porcentajes más bajos de mujeres trabajadoras.
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En I´d blush if I could. Closing gender divides in digital skills through education, de la UNESCO, se publica una encuesta realizada en 2018 en el área de ciencia y tecnología cuyo resultado principal fue que sólo el 8,3% de los participantes dijeron que podrían nombrar al menos una mujer líder en tecnología.
De este pequeño grupo, solo la mitad entregó un nombre específico. Incluso de quienes pudieron mencionar un nombre, indicaron a los asistentes virtuales Siri o Alexa como líderes tecnológicos femeninos. A pesar de los notables avances logrados en las últimas décadas, todavía es muy reducido el número global de investigadoras mujeres en el campo de las ciencias. En julio de 2019 la tasa mundial promedio de mujeres investigadoras era de 29,3%, de acuerdo al Instituto de Estadística de la UNESCO, y la brecha se amplía cuanto mayor es el nivel alcanzado en el escalafón.
De hecho, solo 3% de los Premios Nobel en ciencias han sido otorgados a mujeres.
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