Estas instalaciones de Hangzhou, que parecen más un suburbio postapocalíptico, están abarrotadas de autos de toda índole que fueron confiscados por las autoridades. Entre vehículos que se pueden ver a diario en las calles de cualquier ciudad están también superdeportivos y limusinas.
Así, en las imágenes se pueden ver un Chevrolet C7 Corvette, uno de los pocos que hay en el país asiático, y un Porsche Panamera Turbo que cuesta alrededor de 300.000 dólares en China. Un cartelito debajo del parabrisas dice que ha sido confiscado por la Policía.
Es difícil determinar cuánto tiempo cada uno de estos vehículos ha estado en este depósito municipal, pero la condición de algunos de ellos es muy ilustrativa. Este es el caso de un Audi R8: la pintura de los discos ya se deshizo y hay plantas creciendo literalmente a través del vehículo.
Junto con los autos más emblemáticos también hay algunos que son exóticos, como un CAN-AM Commander, que por su apariencia no llegó a ver los terrenos cruzados para los que fue creado. Según explican los autores del video, este CAN-AM ha sido confiscado de un concesionario que cobraba a los clientes sin tener efectivamente estos vehículos.
También hay joyas de la industria automovilística británica que se están pudriendo en el depósito municipal chino. Unos ejemplos de ello son un Aston Martin Vantage en pésimo estado y un Bentley Flying Spur que se ha conservado mejor, pero al mismo tiempo ha sido saqueado.