El modelo de administración de la hidrovía sudamericana se acordó con los países de la región en la década de 1990, la cual se caracterizó por la desregulación, apertura y liberalización de las economías latinoamericanas. En consonancia con las ideas entonces imperantes, se decidió que tareas como la que estaban en cuestión debían llevarse a cabo por privados, cuya eficiencia era considerada mayor.
A 30 años de la decisión, la finalización de contratos con la empresa encargada de la parte mayoritaria de su administración y dragado puso nuevamente en cuestión la pertinencia de continuar con el modelo vigente. El Estado argentino asumió temporalmente las tareas que permiten que el país exporte el 90% de sus productos agroindustriales y el 70% del total de sus mercaderías con destino al extranjero. Sin embargo, el futuro está en discusión.
Según explicó a Sputnik Federico Vaccarezza, profesor e investigador de la Universidad Nacional de Avellaneda (Argentina), el modelo implementado décadas atrás se tradujo en una pérdida de control aduanero por parte del Estado. La habilitación por ley de puertos privados limitó el accionar estatal y operaciones como el control de la facturación se volvieron más difíciles de realizar.
Por esto, para el magíster en Relaciones Comerciales internacionales, lo que hay en juego por un lado es el poder de las transnacionales que compiten por la administración; y por otro la recaudación pública y la capacidad soberana del Estado de controlar la mercancía que pasa por su territorio.
"Hay productos agrícolas, como la soja, que salen con documentación paraguaya (…) pero cuando uno compara la superficie sembrada de soja en Paraguay y la exportada hay una diferencia de 30%. Por lo tanto, para tener el rendimiento por hectárea que está declarando, debería tener o 30% más de superficie o 30% más de capacidad productiva. Entonces hay una salida de riqueza por Argentina en buques de banderas extranjeras”, explicó.
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