Un melón contiene 35 kilocalorías por 100 gramos, mientras que el valor calórico de una sandía es de solo 25, señaló la especialista. Por lo tanto, la primera fruta es más nutritiva, ya que tiene más fibra alimenticia esencial para un funcionamiento estable del intestino.
En particular, la fibra depura el organismo y estabiliza el nivel de colesterol. 100 gramos de melón albergan alrededor de 0,9 gramos de fibra, mientras una sandía tiene aproximadamente 0,4 gramos, enfatizó Korableva.
Contenido de vitaminas
El melón contiene más vitamina C (36 miligramos por 100 gramos) que la sandía (ocho miligramos por 100 gramos), expuso la médica. Eso significa que basta con comer 200 gramos de melón para cubrir la necesidad diaria del ácido ascórbico, que es de 70-100 miligramos para un adulto.
La vitamina C no solo es importante para la inmunidad, sino que también ayuda a absorber bien el hierro y tiene buenos efectos en la piel.
La sandía contiene licopeno, una sustancia que le da este impactante color rojo. Este antioxidante disminuye el riesgo de desarrollar aterosclerosis y enfermedades cardiovasculares. Existen investigaciones que indican que el consumo de licopeno mitiga el estado depresivo, la ansiedad e incluso reduce los dolores en las articulaciones, explicó la dietista.
Pues, ¿sandía o melón?
No obstante, no se puede decir de forma unívoca que es más bueno para la salud, el melón o la sandía.
"Ambos cucurbitáceos tienen muchas vitaminas y microelementos, por ejemplo, el magnesio, el potasio y el manganeso", afirmó Korableva.
Pero lo más importante es consumir estos alimentos de forma moderada, una ración no debe ser más de 200 gramos, recordó la médica. Si se come en tales cantidades, la sandía no causará un efecto diurético, y el melón un efecto purgativo, y, además, el beneficio para la salud será máximo, considera la nutricionista.