Pep, de 59 años, estaba internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital luego de contagiarse de COVID-19 gravemente. Los médicos se vieron obligados a intubarlo e inducirle un coma debido a una fuerte reacción inflamatoria. El hombre incluso estaba conectado al denominado dispositivo de oxigenación por membrana extracorpórea que solo se utiliza en los casos más graves, cuando el respirador ya no es suficiente.
Su hijo Pau, que estudia su primer año en el Conservatorio de Badalona y con quien no se veía desde hacía dos meses, llevó su violonchelo al hospital para ofrecer un concierto a su progenitor. El joven interpretó piezas como Suites para violonchelo solo, de Bach, o la banda sonora de Piratas del Caribe.
Una semana después, el hombre ha podido ser desconectado del respirador artificial y abandonar la UCI, pues sus pulmones han vuelto a funcionar. Su milagrosa recuperación no sorprendió al personal del hospital, pues los médicos se muestran convencidos de que la terapia musical puede cambiar la estructura del cerebro a corto y largo plazo. Al mismo tiempo, el miniconcierto emocionó a los médicos y enfermeros y a otros pacientes por igual.
"No tengo palabras para explicar el momento del reencuentro. Fue muy emotivo. Terminamos todos llorando", cuenta la doctora Carolina Maldonado.