Las nuevas tecnologías marcan el compás del avance de la sociedad. La innovación define el futuro y crea la fotografía de una realidad cada vez más vívida. Un escenario donde los civiles ascienden al espacio en viajes turísticos o se incurre en la alteración de la mente. También será el momento de la edición del genoma humano, una técnica con un gran potencial para tratar y curar enfermedades. Pero, al igual que todos los adelantos, la carga positiva puede verse truncada por el peso de los empleos peyorativos que se pueden atribuir a la manipulación del ADN.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que la edición del material genético solo tendrá un impacto notable en la vida de las personas si "el beneficio llega a todo el mundo". En caso contrario, ayudará a aumentar la desigualdad en el acceso a la salud entre los distintos sectores de la sociedad. Esta es la conclusión principal de los informes publicados por el organismo internacional, en los que se proporcionan las primeras recomendaciones para ayudar a establecer el manejo del genoma humano como herramienta para la salud pública.
Ética, seguridad y eficacia son las tres palabras que vertebran el texto. Unos documentos nacidos de un comité de 18 científicos, constituido a finales de 2018, cuando el biólogo chino He Jiankiu aseguró haber creado los primeros bebés humanos alterados genéticamente. Durante dos años, se han recolectado las opiniones y comentarios de cientos de participantes, entre estos, expertos del mundo de la ciencia, grupos de pacientes, líderes religiosos y pueblos indígenas.
El resultado es la primera consulta global sobre el asunto, donde se analizan distintos procedimientos de la manipulación del ADN. Sobre la edición del genoma humano, la OMS reconoce que facilitará un diagnóstico más rápido y preciso, la elección de tratamientos específicos y la prevención de trastornos genéticos. Mirada positiva también hacia las terapias genéticas somáticas, aquellas que modifican el ADN de una persona para curar una enfermedad. La institución señala que han funcionado con éxito frente al VIH o la anemia de células falciformes y podría serlo contra el cáncer. Sin embargo, la OMS se opone a la tercera vía, la edición genómica en línea germinal, utilizada para cambiar el material genético de una persona con vistas a que se transmita a generaciones futuras.
"Nadie en su sano juicio debería contemplar la posibilidad de hacerlo, ya que las técnicas no son lo suficientemente seguras o eficaces y no estamos preparados para analizar todas las consideraciones éticas", dijo Robin Lovell Badge, del Instituto Francis Crick del Reino Unido, miembro del comité.
La manipulación de rasgos del genoma con la intención de alterar embriones humanos es uno de los riesgos que indican los informes. Para evitar esta problemática, los dosieres destacan que es importante educar a científicos, instituciones y gobiernos sobre sus responsabilidades cuando investigan en el campo de la genética.
La OMS se propone a sí misma como órgano coordinador a nivel mundial en asuntos relacionados con esta ciencia, a la vez que promueve la colaboración internacional. Además, el organismo recomienda que las pruebas clínicas de edición genómica sean revisadas y aprobadas por comités de ética en la investigación y que solo los países que cuenten con este tipo de herramientas de supervisión puedan llevar a cabo ensayos en los que se manipule el material genético hereditario.
Los informes también incluyen recomendaciones para crear capacidad en todo el planeta para garantizar el uso de esta tecnología o una lista de instituciones a las que acudir para abordar determinados escenarios. Un marco para anticiparse a una rama de la ciencia que acompañará al ser humano en el mañana.