"El sistema se basa en una membrana de albúmina de suero bovino (BSA) polimerizada, impresa en 3D. La membrana que lleva nanopartículas magnéticas se deposita en el sistema dotado de imanes. Gracias al campo magnético la membrana permanece suspendida en el fluido", explicó la institución en un comunicado.
Tales condiciones, señaló, posibilitan el co-cultivo de células que se mantienen vivas y pueden dividirse.
El reto más importante fue elegir un material para la membrana que no influya en las células. Los investigadores optaron por la BSA, una proteína utilizada ampliamente en los distintos campos de la biología y que se puede encontrar en cualquier laboratorio.
El costo de la membrana impresa en 3D ronda un dólar, un precio menor que el de sus análogos en el mercado. Ekaterina Zinóvieva, titular del Ministerio, destacó que la innovación elevará la eficiencia de los laboratorios que estudian la estructura celular.