El descubrimiento fue hecho la semana pasada y representa un hito en el campo de la astronomía.
Se estima que el cometa podría tener un tamaño de entre 100 y 370 kilómetros. A pesar de recibir 400 veces menos luz solar que la Tierra, el brillo del objeto es tan intenso que puede ser detectado por los telescopios.
En comparación, el cometa más grande identificado hasta ahora, el Hale-Bopp, tenía un tamaño de unos 60 kilómetros.
El astrónomo Pedro Bernardinelli, uno de los investigadores que identificó este cometa gigante, dijo a la revista Scientific America que fue un hallazgo "bastante impactante".
El cometa fue bautizado oficialmente como C/2014 UN271 (Bernardinelli-Bernstein), en honor a sus descubridores, Bernardinelli y su colega Gary Bernstein.
El objeto fue observado por primera vez en 2014 por el proyecto llamado Dark Energy Survey (DES, por su siglas en inglés). Sin embargo, Bernardinelli y sus colegas solo descubrieron el cometa recientemente tras analizar más de 80.000 imágenes tomadas por DES en los últimos años.
Las fotografías de 2014 revelan que el cometa se encontraba a unas 30 unidades astronómicas (la distancia entre la Tierra y el Sol) de nuestro planeta. Siete años después, el objeto está a 20 UA y continúa acercándose.
Su punto más cercano a nuestro Sol (unas 10,9 UA) lo alcanzará en enero de 2031, situándose no muy lejos de la órbita de Saturno. Por eso algunos astrónomos incluso proponen enviar una nave espacial para estudiar a este raro visitante.
Las estimaciones actuales sugieren que el cometa tarda tres millones de años en orbitar el Sol.
Ahora los esfuerzos de los astrónomos se centran en apuntar más telescopios en la dirección del cometa gigante para descubrir sus secretos.