Será una versión descafeinada del mayor congreso de telefonía móvil del mundo, que desde hace 15 años se celebra en esta ciudad española con enorme impacto para la hostelería, la restauración, los servicios y el comercio.
La previsión es que unas 35.000 personas asistan al evento del 28 de junio al 1 de julio, apenas una tercera parte del récord de 109.000 visitantes que lo hicieron en 2019, la edición más exitosa hasta la fecha.
Otros miles lo harán en línea, ya que la asociación organizadora, la GSMA, planificó un formato híbrido que combina la participación presencial con conferencias telemáticas.
Congreso de mínimos
"Aunque no tenemos datos exactos aún seguiremos contando con una fuerte presencia internacional. Normalmente participaban expertos de unos 195 países, pero ahora estará dominado por países del sur de Europa. Esperamos que 2022 sea más normal", dijo su director ejecutivo, John Hoffman, en una entrevista para el diario El Periódico.
El máximo responsable del congreso lamentó que la modalidad remota hace "más difícil monetizar" el Mobile de 2021, que se quedará lejos de los casi 500 millones de euros de la edición de 2019.
Otra de las rarezas de la feria de este año será la ausencia física de las grandes compañías de telefonía móvil como Google, Facebook, Ericsson, Sony, Nokia o Xiaomi, que rechazaron desplazar a sus empleados por la circulación del coronavirus.
Unas 700 empresas expondrán sus productos e innovaciones tecnológicas presencialmente, mientras que otras 300 se limitarán a aparecer por videoconferencia.
De los ocho pabellones que habitualmente se dedican al MWC en esta ocasión se habilitaron tres, todos custodiados por estrictas medidas de higiene que incluyen un test de antígenos obligatorio para acceder al recinto.
Aunque la GSMA evitó hacer pronósticos económicos, está claro que el impacto del evento para Barcelona será mucho menor que en anteriores ocasiones.
Según el medio especializado en turismo Hosteltur, la ocupación de los hoteles de la ciudad está sobre el 45% de media pese a que el Mobile coincide con la temporada de verano turística.
También cayeron las contrataciones de asistentes, de 3.000 a tan solo 400, según cifró la directora de la agencia de azafatas Barcelona Hostess, Maribel Risquez, en declaraciones para la televisión local Betevé.
Una lectura optimista
Pese a las pocas perspectivas en cuanto al impacto económico de la cita tecnológica, se espera que su celebración sirva como escaparate al mundo para evidenciar la progresiva vuelta a la normalidad de los grandes congresos.
En declaraciones a la televisión pública de Cataluña (TV3), la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, explicó que esta edición del MWC tendrá menos asistencia porque es "excepcional" tras la cancelación de febrero.
"Todo el mundo está pendiente de que se desarrolle con éxito más allá de los asistentes, porque será un indicador de que vuelven los congresos y la actividad económica", afirmó Colau, que garantizó el "firme compromiso" de GSMA para mantener el evento en Barcelona.
De forma similar se pronunció el director general del Gremio de Hoteleros de Barcelona, Manel Casals, en una reciente entrevista con Sputnik: "se trata de que este Mobile sea un gran escaparate para que se visualice internacionalmente Barcelona con el objetivo de reactivar otros grandes eventos. Alguna reserva tendremos, pero la parte importante es volver a tener eventos internacionales en la ciudad".
De momento, el compromiso de la GSMA es que el Mobile siga en la ciudad hasta 2024, aunque la ministra de Economía de España, Nadia Calviño, dijo que es posible que "vaya más allá" si se hacen "las cosas bien".
Tal como la edición de 2020 fue la primera de las grandes cancelaciones relacionadas con el COVID-19 a nivel internacional, se espera que la de este verano sirva como precedente de la recuperación de los congresos multitudinarios y de una edición más normalizada en febrero de 2022.