En concreto, se trata de tres integrantes del Gobierno catalán que, bajo la presidencia de Carles Puigdemont, convocó el referéndum unilateral del 1 de octubre: Meritxell Borràs (consejera de Gobernación), Carles Mundó (Justicia) y Santi Vila (Empresa).
En un comunicado emitido este 11 de junio, el Tribunal Supremo declaró como "extinguida" la responsabilidad criminal de estas personas "al haber cumplido el pasado 9 de junio la condena de 1 año y 8 meses de inhabilitación especial que se les impuso por delito de desobediencia".
Estas tres personas se sentaron en el banquillo del Tribunal Supremo junto a otros exintegrantes de Gobierno catalán, pero al contrario que los otros nueve condenados, no afrontaron acusaciones por delitos de rebelión ni sedición porque su responsabilidad en el proceso independentista fue menor.
Por ello, sus condenas son mucho menores que las de otros acusados (el vicepresidente Oriol Junqueras fue sentenciado a 13 años de cárcel) y quedaron en libertad tras el juicio.
En la actualidad, al contrario que otros de los líderes del proceso independentista, estas personas se encuentran alejadas de la primera línea, sobre todo en los casos de Carles Mundó y Meritxell Borràs, que abandonaron la política de forma oficial antes de la celebración del juicio.
Por su parte, el caso de Santi Vila —que dimitió de sus cargos antes de la declaración de independencia de septiembre de 2017— es diferente, ya que, pese a no ocupar ninguna responsabilidad institucional ni de partido, su voz sigue teniendo cierto peso en los debates sobre el porvenir de la política catalana.
El anuncio del Tribunal Supremo sobre el cumplimiento de la pena de estas personas llega justo cuando la posibilidad de un indulto a los condenados por el proceso independentista copa el debate político en España.
Actualmente, el Gobierno de España se encuentra tramitando peticiones de indulto para los doce condenados y, aunque todavía no hubo un pronunciamiento oficial al respecto, el presidente Pedro Sánchez anunció que su decisión buscará dejar atrás el tiempo del "castigo" para dar paso a una etapa de "concordia", lo que anticipa que la medida de gracia será concedida.