"Esta fue una decisión muy difícil de tomar para nuestra empresa y para mí personalmente. Sin embargo, sentimos que esta decisión debía tomarse para prevenir cualquier riesgo potencial para nuestros clientes", dijo en un comunicado Andre Nogueira, el CEO de JBS USA sobre el pago del rescate.
Los ciberdelincuentes operaron como si se tratara de un secuestro exprés, ya que ofrecieron a la víctima una clave para obtener un software de rescate a cambio de un pago millonario.
De esta manera, la productora de carne pudo reanudar la mayor parte de sus operaciones.
El 1 de junio el ataque cibernético amenazó con interrumpir las cadenas de suministro de alimentos e inflar aún más los precios en los alimentos. La subsidiaria de la firma brasileña JBS SA tuvo que detener las faenas de ganado en todas sus plantas de EEUU.