Esta empresa, que cotiza en Wall Street y tiene sucursales en 30 países de Asia, América y Europa, fabrica dispositivos para compañías como Ford, Dyson, Ocado o HP y es una gran compradora de chips.
Lynn Torrel, directora de compras y cadena de suministro de la compañía con sede en Singapur, afirmó que sus proveedores de semiconductores han retrasado la previsión sobre cuándo terminará la escasez.
"Con una demanda tan fuerte, la expectativa es de mediados a finales de 2022 dependiendo del producto básico. Algunos esperan que la escasez se prolongue hasta 2023", dijo citada por el Financial Times.
El llamado chipageddon (combinación de las palabras chip y armageddon) está obligando a los fabricantes de automóviles y equipos electrónicos a reformar sus cadenas de suministro.
La pandemia del coronavirus interrumpió la fabricación de chips, mientras los respectivos confinamientos impulsaron la demanda de dispositivos electrónicos. Esto creó una tormenta perfecta que mantiene en vilo sobre todo a los fabricantes de automóviles y equipos electrónicos.
El bloqueo de varios días del Canal de Suez el pasado mes de marzo, la tormenta de frío y nieve en Texas o el reciente incendio en una gran fábrica de chips en Japón, también han contribuido a la escasez.
Paradójicamente, un incremento en las tasas de vacunación podría ser la solución a este problema.
Revathi Advaithi, director ejecutivo de Flex, considera que "el panorama podría mejorar si los consumidores empiezan a derivar más gasto hacia los servicios y menos a los productos electrónicos de consumo una vez que la 'normalidad' vaya siendo mayor".