Según informó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), el magistrado titular del citado órgano decidió la apertura de juicio contra Rato por la presunta comisión de delitos contra la Hacienda Pública, blanqueo de capitales y corrupción entre particulares.
Sin embargo, el juez entiende que no hay lugar para enjuiciarle por supuesta comisión de delitos de falsedad continuada e insolvencia punible, tal y como solicitaba la Fiscalía en su escrito de acusación, en el que solicitaba penas de cárcel de entre 60 y 80 años para Rato.
En concreto, el juez sienta en el banquillo a Rodrigo Rato y otras 13 personas por presuntas irregularidades en el marco de una trama de corrupción organizada entre 2011 y 2012 por el exdirector del FMI, cuando era presidente de la entidad financiera Bankia.
La instrucción del caso permitió recabar indicios sobre la presunta implicación de Rato y el resto de acusados en un plan para embolsarse más de dos millones de euros procedentes de los contratos publicitarios firmados por Bankia en ese periodo.
Asimismo, los acusados habrían creado una trama societaria para repatriar fondos a España y ocultarlos al fisco.
Tras acordar la apertura de juicio oral, el juez reclamó a Rato una fianza de 65 millones de euros para hacer frente a las condenas que se le puedan imponer.
Rato ya fue condenado a cuatro años y seis meses de prisión en 2017 por un delito de apropiación indebida en el caso de las tarjetas black, un entramado en el que 63 directivos de Caja Madrid —posteriormente rebautizada como Bankia— se apropiaron de fondos de la entidad para gastos personales.
No obstante, Rato se encuentra en libertad condicional desde el pasado 12 de febrero tras cumplir parte de su condena.
En su puesta en libertad influyeron su avanzada edad (73 años), las enfermedades coronarias que padece y su absolución en otra causa sobre irregularidades en la salida a bolsa de Bankia.