El inicio de la producción en serie estuvo acompañado de la presentación de nuevos vehículos y de un test drive en el que participaron altos funcionarios, entre los que se encontraba el ministro de Industria y Comercio de Rusia, Denís Mánturov.
El ministro destacó la potencia del motor y el buen aislamiento acústico de la cabina, así como la calidad del automóvil de fabricación nacional. Asimismo, el alto funcionario informó que se planea avanzar en la producción de automóviles tanto clásicos, con un motor de combustión interna, como modelos ecológicos, eléctricos o propulsados por hidrógeno.
La planta de Elábuga, ubicada en la república rusa de Tartaristán, tiene capacidad para producir hasta 5.000 automóviles al año. El precio de la versión básica del automóvil se estima en unos 18 millones de rublos (unos 245.300 dólares).