Zinedine Zidane ha hablado. O más bien ha escrito. El que fuera técnico del Real Madrid no había dado ningún motivo sobre su salida del club blanco. Simplemente el jueves 27 de mayo trascendía a los medios de comunicación que el francés abandonaba el banquillo madridista por segunda vez. Días después de su cese, con la entidad de la Castellana en búsqueda de entrenador, Zidane ha querido dar sus razones.
Lo hace a través de una carta publicada por el diario AS. Un escrito en el que se muestra agradecido, pero también duro con el club. El texto va dirigido a los aficionados del Real Madrid, a los que da las gracias por el apoyo brindado durante toda su carrera, tanto en la fase de jugador como en la de entrenador. "He tenido el gran honor de ser jugador y entrenador del club más importante de la historia, pero ante todo soy un madridista más. Por todo ello quería escribiros esta carta para despedirme de vosotros y explicaros mi decisión de dejar el banquillo", arranca el extécnico del conjunto blanco.
También tiene buenas palabras para el presidente de la entidad, Florentino Pérez. "Pasar veinte años en el Madrid ha sido la cosa más bella que me haya pasado en la vida y sé que se lo debo exclusivamente a Florentino Pérez que apostó por mí en el 2001, que peleó por mí, para hacerme venir cuando había cierta gente que estaba en contra. Lo digo de corazón, siempre le estaré agradecido al presi por ello. Siempre", continúa. Un mensaje que cambia de tono a medida que avanza.
Zidane dice que no se va del Real Madrid porque no quiera entrenar más. Reconoce que en 2018, tras su primer periodo como entrenador, se fue porque creía que el equipo necesitaba un nuevo rumbo, un cambio para mantenerse en lo más alto. Ahora, en 2021, el técnico francés se va porque la relación con el club ha cambiado.
"Me voy porque siento que el club ya no me da la confianza que necesito, no me ofrece el apoyo para construir algo a medio o largo plazo. Conozco el fútbol y conozco la exigencia de un club como el Madrid, sé que cuando no ganas te tienes que ir. Pero aquí se ha olvidado una cosa muy importante, se ha olvidado todo lo que he construido en el día a día, lo que he aportado en la relación con los jugadores, con las ciento cincuenta personas que trabajan con y alrededor del equipo".
Para él, además de ganar títulos, las relaciones humanas son fundamentales. Ayudan a construir las bases de cualquier equipo. Reconoce que le hubiese gustado que su relación de los últimos meses con el presidente y la directiva del club "hubiese sido un poco diferente a la de otros entrenadores". "No pedía privilegios, por supuesto que no, sino un poco más de memoria. Hoy la vida de un técnico en el banquillo de un gran club es de dos temporadas, no mucho más. Para que dure más tiempo las relaciones humanas son esenciales, son más importantes que el dinero, más importantes que la fama, más importantes que todo. Hay que cuidarlas", señala Zidane.
Admite que sufrió cada vez que en la prensa aparecía una noticia en la que se decía que, si no ganaba un partido, la entidad iba a prescindir de él. "Me dolía a mí y a todo el equipo porque estos mensajes filtrados intencionalmente a los medios de comunicación creaban interferencias negativas con la plantilla, creaban dudas y malentendidos", asegura el extécnico madridista. Titulares que no afectaban a la conexión entre entrenador y jugadores. Zidane no duda en decir que siempre contó con el apoyo de los futbolistas.
La carta finaliza con un comentario hacia la prensa deportiva. El francés sugiere que las preguntas vayan más relacionadas con el deporte y no con la polémica. "Queridos madridistas, siempre seré uno de vosotros", cierra Zidane.
Su despedida ha corrido como la pólvora por redes sociales. Muchos seguidores del Real Madrid comparten su mensaje y entienden sus razones. Una parte de la afición opina que el club debe mejorar su estrategia de comunicación. Para otros, las oficinas de la entidad de la Castellana necesitan caras nuevas.
Zidane ha dejado en las vitrinas del Real Madrid tres Ligas de Campeones y dos Ligas, entre otros títulos. Precisamente, el último trofeo liguero que levantó lo hizo en su segunda etapa en el banquillo blanco. Un lugar en el que previsiblemente no se volverá a sentar.