El vuelo se realizó a una altura de entre 150 y 200 metros. El helicóptero siguió una ruta especialmente diseñada a una velocidad de 100-150 km/h y sobrevoló zonas pobladas.
Según explicó el servicio de prensa de ese distrito militar, la complejidad de la operación consistió en que la tripulación del Mi-26 tuvo que tener en cuenta las características aerodinámicas del avión transportado. Y además, debían evitar cualquier balanceo de la carga en el aire.
Las cámaras a bordo ayudaron a los pilotos a supervisar toda la ruta del sobrevuelo.
El caza Su-27 llegó a su destino sin problemas y será parte de una exposición conmemorativa.
No es la primera vez que se realiza una operación de este tipo, en marzo de este año se llevó a cabo una operación similar.