Según el ente, en los últimos días se registró un significativo aumento de la actividad en el Sol, considerada por algunos científicos como la más grande de los últimos años. Su pico tuvo lugar entre el 22 y 23 de mayo, cuando se registraron 17 fulguraciones solares, siendo tres de ellas de clase M.
Las fulguraciones solares se clasifican como A, B, C, M o X —de más débiles a más intensas—, de acuerdo con su potencia.
En comparación, en los cuatro meses y medio anteriores al aumento de la actividad solar, se registraron menos de cuatro decenas de fulguraciones en el astro rey. De ellas, solo dos fueron clasificadas como M.
Según LRAS, el fenómeno reciente estuvo acompañado de "eyecciones de materia solar al espacio interplanetario, incluso a lo largo de la línea Sol-Tierra, es decir, en dirección a nuestro planeta".
El primer contacto de las masas solares expulsadas por el Sol con nuestro planeta se producirá el mismo 25 de mayo, alrededor de las 22:00 hora Moscú —19:00 GMT—. Esto provocará las primeras perturbaciones del campo magnético, detalló LRAS.
El núcleo de la eyección, por su parte, llegará a nuestro planeta el día siguiente, aproximadamente a las 04:00 hora Moscú —-01:00 GMT—. Es durante este período que se pronostican las primeras tormentas magnéticas, que durarán entre tres y seis horas.
Se espera que el campo magnético de la Tierra se estabilice después del 27 de mayo.
Una tormenta geomagnética débil puede provocar pequeñas interrupciones en el funcionamiento de los sistemas de energía y afectar las rutas de migración de aves y otros animales. Las tormentas más fuertes, a su vez, afectan las comunicaciones de onda corta y los sistemas de navegación, además de ser capaces de provocar sobretensiones en las redes industriales.