"La determinación y el carácter discreto del autor de ataque hacen sospechar que se trata de espionaje", dijo Maerens.
Aseguró que los hackers no lograron acceder a la información confidencial almacenada en servidores con un nivel de protección más alta. Los datos personales de los ciudadanos y los extranjeros residentes en Bélgica están fuera de peligro.
Al mismo tiempo, los atacantes accedieron a las correos electrónicos de empleados del ministerio, indicó el portavoz.
La seguridad de las infraestructuras del ministerio se restableció en marzo.
Una fuente cercana a la investigación dijo a RTBF que la magnitud del ataque informático apunta a que "pudo haber sido llevado a cabo y coordinado por un Estado extranjero" pero el origen todavía no ha sido establecido.
Mientras, el Centro de Seguridad Cibernética belga encontró rastros de manipulación sospechosa que se remonta a abril de 2019 lo que permitió supuestamente a los piratas infiltrarse en la red y permanecer allí sin ser detectados el mayor tiempo posible.
El 4 de mayo Bélgica registró otro gran ciberataque a la red a la que están conectadas administraciones públicas y centros de educación e investigación.
El Parlamento belga se vio obligado a cancelar las reuniones de sus comisiones el día en el que se produjo el ataque informático.
Por el momento, no está claro si hay vínculos entre los ataques de marzo y de mayo.