Para el experimento, los entusiastas compraron cinco litros de la bebida. En una estación de servicio los blogueros drenaron el aceite del motor y lo reemplazaron con cuatro litros de Coca Cola y dejaron un litro para el relleno.
Tras arrancar el auto los aficionados se dirigieron a un lugar abierto para dar vueltas hasta que el motor se detuviese. Casi cuatro minutos después, el Opel Manta dijo basta.
Los hombres lograron reanimar el motor, pero al cabo de seis minutos del capó del auto ya salía humo. En la unidad se habían roto varios cojinetes y la varilla de nivel del aceite.
Luego los blogueros llenaron el motor con el último litro de Coca-Cola e intentaron arrancar el auto empujándolo. Fue entonces cuando entendieron que la planta motriz del pobre Opel estaba para el arrastre.
Al regresar a la estación de servicio y retirar el motor del auto los autores del vídeo descubrieron que se habían formado grietas y agujeros en muchos lugares de la unidad sobrecalentada y que algunos elementos se habían desprendido completamente. ¿Su conclusión? Que el motor del automóvil es capaz de funcionar con la gaseosa en vez de con aceite, pero solo unos seis minutos.