El león pasó unas siete horas escarbando el lugar e intentando meterse de cabeza en la madriguera del jabalí para capturarlo. Tras varios intentos, con el rostro lleno de lodo el león logró sacar a la superficie al jabalí que hizo un último intento para escapar, pero ya era imposible.
Como si se tratara de un trofeo, el rey de la selva se alejó del lugar atravesando una manada de hienas que observaban como el león se alejaba con presa para darse todo un festín.
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