Un equipo de nueve arqueólogos y un historiador, que serán dirigidos por el arqueólogo del CSIC, Alfredo González-Ruibal, iniciará una excavación de los restos donde vivieron las familias de los presos del franquismo que fueron obligados a construir el monumento a Francisco Franco entre 1940 y 1958.
Uno de los objetivos de los arqueólogos es conocer in situ la vida de los que levantaron El Valle de los Caídos y rescatar del olvido aquellos espacios relacionados con la represión y el trabajo que tuvo que soportar la población presa y dependientes.
Los arqueólogos encargados de la excavación resaltan que a pesar de la amplia biografía que existe sobre la construcción de este monumento, poco se conoce sobre las construcciones donde vivían los trabajadores y que fueron derribadas antes de la inauguración del lugar. Además, indican que sin haber iniciado las excavaciones ya han podido ubicar restos como suelas, zapatos de mujeres, peines o tinteros empleados por los niños en sus tareas escolares.
El equipo del CSIC cuenta con los permisos de excavación de Patrimonio Nacional, que es el propietario del conjunto, y espera obtener próximamente el visto bueno del Ministerio de Cultura y Deporte. Está previsto que los trabajos inicien a finales de abril y que a mediados de mayo se hayan alcanzado las estructuras constructivas del poblado que se mantiene oculta en el subsuelo.
Una de las primeras cosas que harán es peinar con un detector de metales los poblados de la Entrada, Central y Monasterio y otros puntos de interés de la zona. Luego revisarán las letrinas y vertederos donde, según detallan, se suele encontrar información relevante en centros de internamiento, como objetos personales de los presos.
A su vez, está previsto que durante el próximo Consejo de Ministros se apruebe destinar más de 650.000 euros para exhumar e identificar a las miles de víctimas de la Guerra Civil y del franquismo que siguen enterrados en el Valle de los Caídos, y cuyos familiares reclaman.