Durante su discurso con motivo del debate de investidura que se celebra este 26 de marzo, Aragonès situó como uno de sus principales objetivos la resolución del conflicto territorial mediante un referéndum para decidir sobre el futuro de Cataluña dentro de España.
"El conflicto entre el Estado español y Cataluña pasa inevitablemente por la amnistía y la autodeterminación, por un referéndum de independencia y por la libertad de los presos y el libre retorno de los exiliados", afirmó el candidato catalán.
El dirigente de ERC y actual vicepresidente de Cataluña se somete este 26 de marzo a una votación de investidura en la que previsiblemente no saldrá elegido por falta de apoyos en la Cámara.
Aragonès no consiguió pactar con el otro gran partido independentista, Junts per Catalunya, por lo que no obtendrá la mayoría absoluta de 68 diputados necesaria para ser elegido en la primera vuelta.
"Extiendo la mano a los partidos que compartimos objetivos, especialmente a Junts", manifestó durante su intervención parlamentaria, en la que animó a las fuerzas políticas a "superar las desconfianzas" y "salir de la zona de confort" para llegar a acuerdos.
El principal mensaje de Aragonès fue la necesidad de superar los meses de "interinidad forzada" en el Ejecutivo catalán para formar un nuevo Gobierno de coalición de partidos independentistas.
El candidato situó tres objetivos principales para su Gobierno:
afrontar las urgencias sociales agravadas por la pandemia,
la recuperación económica,
la resolución del conflicto político con el Estado.
"Quiero encabezar una Generalitat republicana al lado de la gente. Será un Gobierno con creatividad para construir una Cataluña justa, feminista, verde y plenamente libre", dijo el dirigente independentista.
El partido de Aragonès cuenta con 33 escaños en una Cámara de 135 diputados, y de momento solo pudo asegurar el "sí" de los 9 parlamentarios de la formación independentista minoritaria Candidatura d'Unitat Popular (CUP).
Los 32 diputados del partido Junts, liderado por el expresidente Carles Puigdemont desde Bélgica, se abstendrán de la votación forzando una segunda ronda que se celebrará la próxima semana.
El apoyo de Junts es imprescindible para investir a Aragonès como líder de un nuevo Gobierno de coalición independentista en Cataluña, pero los dos partidos arrastran una grave tensión interna desde la anterior legislatura compartida que dificulta las negociaciones.