El autor del vídeo confesó que hay siete gatitos debajo de las alas de la gallina que los defiende valientemente de manos ajenas. El granjero tiene que aguantar los picotazos de la gallina para darles de comer a los gatitos, señala el diario KP Kubán.
Según los especialistas, la maternidad cruzada en la granja es un fenómeno muy común.
"Y no solo un pájaro puede proteger a los gatitos, sino que también una gata está dispuesta a cuidar a los polluelos. Está claro que la alimentación en este caso es imposible, pero la madre adoptiva puede dar calor y protección a los pequeños", explicó la zoóloga Elena Milovídova al medio.
Sin embargo, en el futuro, esta relación puede afectar a la socialización de los gatitos. Pueden sentirse como aves y negarse a interactuar con otros gatos.