La número dos del Ministerio de Sanidad justificó el "endurecimiento de las medidas que permita superar esta última etapa de sacrificio", ya que, como explicó, la Semana Santa es "una época en la que tradicionalmente aumenta la movilidad y a veces se producen eventos multitudinarios", dijo en rueda de prensa.
Calzón explicó que España aún no ha conseguido una cobertura de vacunación que dificulte la transmisión del virus y persisten amenazas de nuevas variantes o de otras que puedan aparecer y que podrían hacer a las vacunas menos efectivas.
Hizo estas declaraciones horas después de que la Comisión de Salud Pública acordara el cierre perimetral de las Comunidades Autónomas y la movilidad nocturna entre las diez de la noche y las seis de la mañana para ese periodo festivo.
Este organismo desaconsejó además expresamente la celebración de encuentros sociales en los domicilios o en otros espacios cerrados con no convivientes en esos días.
Estas medidas serán trasladadas al Consejo Interterritorial de Salud para su debate y aprobación el 10 de marzo, aunque el debate público ya comenzó, por parte de los líderes de cada territorio.
La mayoría de los territorios se muestran favorables a adoptar medidas conservadoras para evitar que se produjera a posteriori una cuarta oleada de la enfermedad, sin embargo Madrid ha mostrado su disconformidad con los cierres perimetrales.
"Se puede contaminar y contagiar lo mismo una persona que viene de Móstoles, de Algeciras o de París", dijo la presidenta regional madrileña Isabel Díaz Ayuso, citando en primer lugar a una de las localidades de los alrededores de la capital.
También se manifestaron contrarias las autoridades del archipiélago canario, atendiendo a su especificidad insular y al especial peso del turismo en su economía.