El prototipo de cohete voló hasta una altitud de 10.000 kilómetros y luego aterrizó en el suelo, aunque no quedó totalmente vertical; la explosión ocurrió luego del procedimiento de enfriamiento de los motores.
El lanzamiento de prueba se considera exitoso porque el objetivo era recopilar información sobre cómo funcionan los flaps para controlar el cohete cuando está en posición horizontal mientras baja de nuevo a tierra.
SpaceX está desarrollando un sistema de transporte espacial que consiste en un vehículo de lanzamiento Super Heavy totalmente reutilizable y una nave espacial Starship. El sistema permitirá el envío de satélites, tripulaciones y carga tanto a la órbita cercana a la Tierra como a la Luna y Marte.
En febrero, el prototipo de Starship se estrelló y se incendió mientras intentaba aterrizar, convirtiéndose en la segunda vez que el vuelo de prueba terminó en una explosión.