Y es que resultó que el varano tenía los ojos más grandes que el estómago, y no le quedó otra opción más que regurgitar al reptil que se tragó entero. Es una verdadera lástima, pues según relataron los testigos del festín, el lagarto tardó mucho en tragarse a la serpiente, solo para escupirla en cuestión de segundos.
A juzgar por las imágenes, el varano se sintió aliviado tras regurgitar a la pitón, y siguió por su camino, dejando el cadáver del reptil en la orilla del canal.