Los 11 participantes de esta ceremonia tradicional visten atuendos blancos mientras el sacerdote del templo de Taishioji los guía. Quienes participan de este ritual testifican que durante la ceremonia suelen pedir por sus familiares cercanos y adquirir fortaleza espiritual.
"Mi hijo empezará en unos meses la secundaria, así que es un año histórico. Como padre, quiero que viva, sea fuerte en esta terrible época de pandemia de coronavirus y en este mundo inestable", dijo uno de los participantes.
Este ritual tradicional ha adquirido últimamente bastante popularidad entre las personas que buscan combatir el estrés provocado por la pandemia.