"Inaceptables los actos de vandalismo y violencia que está sufriendo esta noche Barcelona. Todo nuestro apoyo a la Guardia Urbana, Mossos y agentes de Policía", manifestó el presidente español en un mensaje en las redes sociales.
Fuertes altercados sacudieron el centro de Barcelona en la tarde del 27 de febrero con ataques a sucursales bancarias y comercios, el asalto a un hotel y la quema de un furgón de la Guardia Urbana de la ciudad.
La magnitud de la violencia con que se dieron estos incidentes provocó la reacción de los principales dirigentes políticos, que mostraron su disconformidad en mensajes de Twitter.
El vicepresidente de Cataluña, Pere Aragonès, señaló que "el saqueo o destrozo de comercios, la quema de mobiliario o el ataque a trabajadores públicos no son ni libertad de expresión ni de manifestación".
"Siempre al lado del ejercicio de los derechos y las libertades de manera pacífica, nunca de los actos vandálicos o la violencia", dijo el alto funcionario.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, también condenó los hechos violentos en la ciudad asegurando que "el derecho a la protesta es totalmente legítimo" pero "la violencia y el vandalismo, no".
Algunos dirigentes que se posicionaron en contra de los actos vandálicos fueron consejero de Interior catalán, Miquel Sàmper, el exministro de Sanidad de Sánchez, Salvador Illa, la presidenta del Congreso español, Meritxell Batet, o el líder de la oposición en España, Pablo Casado, entre otros políticos.
Barcelona y otras ciudades de Cataluña encadenan dos semanas de manifestaciones y disturbios a raíz del encarcelamiento del rapero Pablo Hasel por delitos relacionados con la libertad de expresión.
Desde su arresto el pasado 16 de febrero también hubo movilizaciones e incidentes de menor gravedad en otros lugares de España, como Madrid, Valencia o el País Vasco.