Según la leyenda del ejercicio militar, el avión se estrelló en una zona de la costa del mar de Barents. La tarea de los pilotos consistía en localizar a las víctimas en este lugar desconocido y ayudarles lo antes posible.
Primero, los tripulantes fueron localizados por un avión de transporte militar, que les lanzó un paquete de suministros necesario para sobrevivir hasta la llegada del helicóptero de rescate. Después de ello, llegó al lugar un helicóptero Mi-8, que recogió a estas personas y las trasladó a un aeródromo para que recibieran asistencia médica.