El 17 de febrero, dos cazas Su-27 fueron enviados para impedir una infracción de la frontera estatal de Rusia por parte de varios "objetivos aéreos" que fueron identificados como un grupo de aviones de la fuerza aérea de Francia, formado por un avión cisterna KC-135 y dos aviones Mirage 2000.
El ministerio subrayó que los aviones rusos actuaron en estricta conformidad con las normas internacionales para el uso del espacio aéreo.