El 15 de febrero Blinken sostuvo una conversación telefónica con el ministro turco de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, para abordar la compra de los sistemas rusos de defensa aérea por parte de Ankara. El diplomático pidió que el país otomano lo retire de su arsenal.
"Ahora esta demanda no tendrá ningún efecto, porque Turquía ya ha comprado estos sistemas, ya están en servicio en sus Fuerzas Armadas. Los estadounidenses tendrán que hacer esfuerzos extraordinarios para convencer a los turcos", señaló el politólogo ruso.
A cambio EEUU puede proponerles sus sistemas Patriot como una alternativa a los S-400 de Rusia. Y si Turquía se deja llevar por esta tentación: es decir renuncia a los sistemas rusos y se niega a cumplir los contratos y compromisos con Moscú, tendrá que pagar una multa.
"Esto no beneficia a Turquía desde el punto de vista económico, ni político, porque EEUU no ofrece nada a cambio. (…) Erdogan es un político realista y pragmático, creo que tiene una visión diferente sobre esto, por lo que no se debe esperar de él ninguna acción al respecto", concluyó.