Hoy en día, la sociedad tiene opiniones muy diferentes sobre lo sucedido: algunos ven estos acontecimientos como una conspiración internacional para redistribuir las esferas de influencia en la región, mientras que otros lo perciben como una revolución que logró sus objetivos.
Conspiración contra Libia y los libios
Naser Said, portavoz del Movimiento Nacional Popular Libio, cree que los libios fueron engañados hace 10 años y privados de su soberanía.
"Hace diez años, los enemigos de Libia, tanto internos como externos, engañaron al pueblo para que se echara a la calle organizando una revolución, involucraron a los medios de comunicación para ello. Y al final nos privaron de nuestro propio país: tuvimos ocho meses de descarada intervención militar de la OTAN. Después de todo, fue la mayor y más larga operación militar de la alianza fuera de sus fronteras desde la Segunda Guerra Mundial", destaca Said.
En su opinión, ahora Libia no tiene Estado ni infraestructura. Cientos de miles de familias libias han sido desplazadas y sus ciudades y pueblos han sido destruidos, mientras que miles de libios han sido asesinados, lamenta Said.
En los últimos 10 años, Libia se ha convertido en una guarida de terroristas y un lugar de trabajo para los servicios de inteligencia extranjeros, y no está claro cuándo terminará esto, resume.
"Los acontecimientos que han tenido lugar han devuelto la situación en el interior del país a lo que era en la década de 1950: ya no tenemos electricidad, medicamentos ni dinero", agrega el político calificando febrero de 2011 como una "época negra" en la historia del pueblo libio, que ahora tiene que "arrancar su independencia de las manos de países extranjeros y terroristas".
Una revolución que resultó ser un éxito
Por su parte, Adel Karmous, miembro del Consejo de Estado Superior, señaló que el derrocamiento del régimen de Gadafi en febrero de 2011 fue el punto de partida de la historia de la nueva Libia.
"La revolución logró sus objetivos: el régimen que solo había perjudicado a los libios con la tiranía y la opresión durante más de 40 años finalmente fue derrocado. Así que hace 10 años hubo una revolución muy real del pueblo libio contra el autoritarismo. Esto no debería ni siquiera cuestionarse. Además, no fue organizada por terceros: las protestas fueron espontáneas", recalca Karmous.
Según el parlamentario, los problemas que sufrió el país tras el derrocamiento de Gadafi se debieron a la falta de un líder claro que tomara el control de los procesos.
La situación actual lo deja más o menos contento. "Los resultados del diálogo, así como la situación actual, satisfacen a la mayoría de la sociedad libia. Hay que entender que la elección de un Gobierno interino bloqueó el camino de la militarización del sistema político. El camino de la nueva Libia acaba de empezar", resume.
"El peor período de la historia"
Con todo eso, no se puede negar que los libios están atravesando un periodo crucial en la historia de su país durante los últimos años. El escritor libio Husein Miftah calificó los últimos diez años de la vida de los libios como los peores que han tenido que soportar en el periodo poscolonial.
"El hecho es que Libia solo ha vivido de forma independiente durante los últimos 60 años, de los que 40 años los pasó bajo el Gobierno de Muamar Gadafi. Y la década actual ha resultado ser mucho peor que incluso aquellos años en los que la independencia de Libia acababa de establecerse (los años 1950). Porque el caos actual no tiene precedentes", opina Miftah.
"No hubo ninguna revolución. El caos en el que vivimos ha sido consecuencia de la redistribución del poder en la región por parte de actores externos. Es claramente visible si observamos qué fuerzas están presentes en nuestro territorio y con qué propósito", explica.
Según él, la única fuerza en Libia que se ha beneficiado de la situación son los islamistas; unas ramas del movimiento Hermanos Musulmanes —organización islamista considerada terrorista por Rusia y varios otros países— controlan una parte del territorio libio, mientras que Turquía los apoya enviándoles dinero y armas. También cooperan con otros movimientos extremistas en el norte de África, concluye el analista.
De momento, los libios solo han dado el primer paso para superar el caos eligiendo un Gobierno de transición que preparará el país para las elecciones parlamentarias del 24 de diciembre.