En su canal en YouTube, Kalashnikov compartió un vídeo en el que ponen la carabina y sus cartuchos en un congelador con temperaturas inferiores a -50°C a lo largo de una hora. Luego, la sacan y la ponen a prueba. La temperatura en el campo de tiro también se encuentra algunos grados bajo cero.
Pese a las duras condiciones de operación, el arma funcionó normalmente, como se puede observar en las imágenes compartidas por la compañía.
El objetivo de la prueba era verificar si la transición a un nuevo diseño no afectó al funcionamiento del arma y evaluar cómo reaccionará la carabina en las bajas temperaturas del invierno ruso.
En su versión básica, la carabina AKV-521 está diseñada para cartuchos de calibre 5,45x39mm. Sin embargo, en el futuro será posible comprar armas con diferentes cañones, incluidos los de calibre 7,62x39mm, .366 TKM y .223 Remington, detalló Rossiyskaya Gazeta.