Investigadores liderados por Alysson R. Muotri han catalogado las diferencias entre los genomas de diversos humanos modernos, los de los neandertales y los denisovanos. Pese a encontrar 61 genes diferentes, solo uno de ellos —el NOVA1— es clave, ya que influye en otros genes durante el desarrollo temprano del cerebro.
Los investigadores utilizaron este descubrimiento para crear de las células madre un minicerebro que imita el cerebro neandertal. Resultó que el organoide cerebral tenía un aspecto muy diferente al de un humano moderno, con una forma claramente distinta y funciones proteicas diferentes.
Esta única alteración genética podría explicar las capacidades que tenemos de comportamiento social, lenguaje, adaptación, creatividad y uso de la tecnología, aclara el equipo de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego.
Muotri y sus colegas fueron pioneros en el uso de células madre para comparar a los humanos con otros primates, como los chimpancés y los bonobos, pero hasta ahora no se creía posible una comparación con especies extintas.
Los investigadores utilizaron la técnica de edición de genes CRISPR para crear células madre humanas modernas con la mutación neandertal en el NOVA1. Luego usaron las células madre para cultivar células cerebrales y, en última instancia, organoides cerebrales de tipo neandertal.
"Es fascinante ver que una alteración de un solo par de bases en el ADN humano puede cambiar el funcionamiento del cerebro", destacó Muotri.
Los primeros Homo sapiens llegaron a Europa hace unos 43.000 años y sustituyeron a los neandertales unos 3.000 años después. Nadie sabe por qué sucedió esto, pero la teoría predominante es que los primeros humanos acabaron con la especie al competir por los alimentos y el hábitat. La superioridad del Homo sapiens en cuanto a capacidad intelectual y técnicas de caza hizo que los neandertales perdieran la competencia.
El estudio fue publicado en la revista Science.