El jubilado fue hospitalizado en el Hospital Oliveira de Azeméis de la ciudad de Santa Maria da Feira debido a problemas respiratorios. Durante la hospitalización contrajo COVID-19. El 10 de enero los empleados del centro médico informaron a la familia que el anciano había fallecido.
De acuerdo con el hijo del hombre, Aurelino Vieira trató de ver el cuerpo de su padre para reconocerlo pero no se lo permitieron.
Ahora, tras pasar 20 días, el hospital informó a la familia del señor de un "lamentable error", asegurando que después de todo el hombre estaba vivo. Resultó que el cuerpo enterrado pertenecía a otra persona.
"Los médicos del hospital vinieron a hablar conmigo diciendo que había un error y que mi padre estaba vivo, para que yo lo confirmara. Se disculparon por el error", recuerda Vieira, citado por el portal Jornal de Notícias. El hombre añadió que ya pudo hablar con su padre y que está "consciente" y "lúcido".
Pese al daño emocional recibido por el error, Vieira mostró comprensión por lo sucedido, teniendo en cuenta la situación con el COVID-19 y que "en este momento los médicos están trabajando duro". "Espero que este evento sirva para tener más cuidado en el futuro", declaró.