El paseo familiar de esta familia canadiense será recordado por mucho tiempo gracias a las aventuras de Zeke y el pequeño Zachary. Con tan solo cinco años, el niño estaba listo para jugar con su amigo peludo el clásico juego de lanzar un palo.
Sin embargo, el can, impaciente, no aguantó la emoción y sin importarle el poco equilibrio del más joven de la familia, se abalanzó sobre él para obtener el palo.
Nada que una sonrisa no resolviera. Y es que el valiente Zachary se levantó, se sacudió el polvo de su ropa y con una gran risa se alistó para continuar el juego.