En la mayoría de los casos, se trata de problemas respiratorios, como la tos o la apnea del sueño, es decir, cuando las vías respiratorias se bloquean parcial o completamente, algo que hace que una persona deje de respirar varias veces. Eso, a su vez, hace que la persona se despierte debido a una caída en los niveles de oxígeno en sangre.
También puede tratarse de enfermedades de la tiroides, como el hipotiroidismo. Además del insomnio, entre los síntomas podemos encontrar la somnolencia y la fatiga durante el día, el sudor nocturno y los pies y las manos fríos.
"Los pacientes con hipertiroidismo sienten fatiga y agotamiento por las alteraciones del sueño que provocan que no consigan conciliarlo, y, si lo hacen, se despiertan sin descansar", explicó el doctor Oscar Vidal, de la clínica Barnaclinic.
Los adultos mayores también suelen tener problemas para dormir, y, en su caso, se debe a la reducción de la producción de la llamada hormona del sueño, la melatonina, por la glándula pineal del cerebro.
Además de tomar suplementos dietéticos de melatonina, también es recomendable consumir más alimentos con alto contenido en triptófano, un aminoácido capaz de potenciar la fabricación de melatonina. Entre los alimentos que contienen más triptófano figuran la avena, las patatas, la soja, la avellana, el pollo, el atún, la yema de huevo y el queso.
Para conciliar el sueño y no desvelarte por la noche, te recomendamos dormir en una habitación oscura, silenciosa y fresca. Además, trata de no tomar cafeína ni alcohol y utilizar dispositivos que emitan luz azul una o dos horas antes de irte a la cama.