La madre, vecina de la ciudad de Bridgeport (Estados Unidos), tenía al travieso sentado en su regazo mientras esperaba que el médico los llamase.
Afortunadamente, el pequeño no tocó nada en la sala de espera del hospital, pero como alternativa decidió agarrar la mascarilla de su mamá y golpearla contra su cara para no aburrirse y pasárselo bien.
"Pensó que era gracioso", explicó.
Al final, acabó quitándole el cubrebocas a su madre, quien parece que también se lo pasó bien.