El fotógrafo estadounidense pasó cientos de horas durante 22 noches consecutivas, tomando miles de fotos de la Luna mientras crecía y luego disminuía a través de casi una órbita completa. Unidas en vídeo permiten contemplar cómo cambia el ángulo con el cual observamos nuestro satélite a medida que gira.
"Encerrado en una eterna danza cósmica, este pequeño meneo es causado por el ángulo de la órbita elíptica de la Luna y la posición del observador", explicó el fotógrafo.
El movimiento también permite a los observadores ver muchos de los cráteres de la luna desde diferentes ángulos y con diferentes luces.