Las cifras de embarazos y nacimientos ya empiezan a notar esta tendencia en muchos países.
En Italia, por ejemplo, se espera que este año nazcan unos 12.000 niños menos en comparación con 2019, y la causa es la crisis sanitaria y económica generada por la pandemia del coronavirus, según aseveró el presidente del Instituto Nacional de Estadística (ISTAT), Gian Carlo Blangiardo.
En el escenario previsto por el ISTAT, de los 420.000 nacimientos registrados en Italia en 2019, que ya representaban el mínimo jamás alcanzado desde la unificación del país en 1861, podría descender a unos 408.000 para finales del año en curso. Pero según el experto, la tendencia hacia la reducción de la natalidad se mantendrá en 2021, para el cual la institución estadística pronostica unos 393.000 nacimientos.
"Es legítimo suponer que el clima de miedo e incertidumbre, así como las crecientes dificultades de carácter material generadas por los acontecimientos de los últimos meses, tendrán un impacto negativo en la fecundidad de las parejas italianas", destacó.
En España, las cosas no van mucho mejor. El derrumbe económico generado por la pandemia se unirá a la situación de precariedad generalizada que ya arrastraban los jóvenes españoles desde la crisis anterior, lo que provocará un desplome todavía mayor de la natalidad en los próximos años, según pronostican los expertos en la materia.
Sólo el año pasado en España murieron 57.000 personas más de las que nacieron, aunque este saldo vegetativo negativo no se tradujo en un descenso poblacional gracias a la llegada de migrantes, algo con lo que no se puede contar en años venideros por la crisis económica.
Menos niños en Rusia hasta 2024
El pronóstico del crecimiento demográfico en Rusia resulta también poco favorable hasta 2024, y el descenso de la cifra de habitantes se debe al impacto de la pandemia en los embarazos, aseguraron varios expertos.
Anteriormente, el periódico Izvestia informó que el Gobierno ruso preparó una nueva versión del plan de desarrollo nacional hasta 2030, según el cual la población del país disminuirá anualmente hasta el año 2024, con una reducción de hasta 1,2 millones de habitantes.
"Es un pronóstico muy realista, ya que hay una reducción en la tasa de natalidad y no entendemos cuáles serán los resultados una vez finalizada la pandemia, pero las cifras serán claramente negativas", dijo Tatiana Máleva, directora del Instituto de Análisis Social de la Academia de Ciencias rusa.
La experta recordó que existe el fenómeno de 'embarazos aplazados', que se puede observar durante las epidemias y otras catástrofes.
En particular, muchas personas posponen la decisión de tener un hijo, y la pandemia disminuye además la esperanza de vida, ya que muchos recursos se destinan a la lucha contra el coronavirus.
Los flujos migratorios, con los que Rusia podría tratar de compensar el período de disminución natural de la población, también se encuentran congelados.
El experto aseguró que la pandemia repercute negativamente en la tasa de natalidad a nivel mundial, y Rusia no representa una excepción.
Impacto catastrófico para millones de mujeres
Aunque este patrón parece repetirse en muchos países, sobre todo en los más desarrollados, no en todas partes la pandemia incide en la natalidad de la misma manera.
Desde abril ya la ONU alertaba que la pandemia de coronavirus podía tener "un impacto catastrófico en la vida de millones de mujeres", entre otras cosas por la incapacidad de obtener anticonceptivos, lo que podía provocar unos siete millones de embarazos no deseados en los siguientes meses.
"Si los confinamientos siguen durante seis meses, 47 millones de mujeres en países de renta media y baja no tendrán acceso a anticonceptivos modernos".
Ese plazo ya pasó y los pronósticos parecen estarse cumpliendo. En un reciente reportaje sobre el tema, el medio The Economist entrevistó a Allan Creed, un joven de Kampala que relataba que, por ejemplo, durante la cuarentena, los solteros de la capital ugandesa se dedicaron a buscar "parejas de confinamiento", pero que ni él y ni sus amigos pudieron acudir a los establecimientos locales para comprar anticonceptivos. Creed ha recibido preservativos gratuitos distribuidos por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU). Sin embargo, tiene tres amigos que se encuentran ahora con embarazos no planificados en mitad de sus carreras universitarias.
En muchos oros lugares, el COVID-19 ha aumentado el sexo transaccional y ha trastocado las cadenas de suministro de anticonceptivos, llevando a un incremento de la natalidad no siempre bienvenido.
Es tal vez pronto para sacar cuentas a nivel global del impacto de la pandemia en las tasas de fecundidad, pero de lo que no hay dudas es que está golpeando especialmente a mujeres y niñas de todo el mundo.
Al respecto, el FPNU, que entre otras cosas trabaja para garantizar el acceso continuo a los servicios y suministros de salud reproductiva, insiste en que el mundo debe redoblar esos esfuerzos. Así, frenar la pandemia debe implicar también proteger la salud y los derechos de las mujeres y las niñas en materia de reproducción.